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NERVIOS

Situación previa a cambios.

      
 
Hay hormigas, aparte de las que caminan por esta página blanca, que me recorren entero. No soy un ser muerto, ni una pieza dulce que las atraiga, pero las siento invasoras de mi paz. Éstas al no ser físicas, la toma del cuerpo, es para hacerlo ingrávido y tenso a la vez; están dentro y fuera, son invisibles, pero las siento pululando incesantes. Parecería un caso extraño si no le encontrara la causa, la razón de semejante estado. Son los nervios, nerviosismo puro. Ansiedad porque los hechos se consumen, que sucedan las cosas que tengo previstas, que llevan su tiempo, acortándolo y, los espacios vayan ofreciéndoseme serenos. Llegar a esa regularidad para que el ímpetu se canalice, alcance el dinamismo físico y psíquico, la normalidad en que los tiempos tengan una fructífera armonía. Todo se andará y esta sensación es normal, es inevitable. Un cambio drástico en mi situación, soy pieza de ajedrez que se mueve, otra perspectiva ante mis sentidos, otro posicionamiento sobre el tablero de la vida, soltar amarras para que los sentimientos sean vivos y vivirlos, para valorar lo que tengo dentro de mi, sacándolo al aire y al sol disfrutándolo y compartiéndolo. Ser consciente de que el presente es el momento que vivo y percibirlo con intensidad, lo que me gusta me gusta, y lo que no, pues no. No hay mucha ciencia en esto, pero hay que tener consciencia y practicarlo sin reparo, pronto estoy como un reloj, funcionando con sincronía y pautado. A ello voy una vez espante las hormigas.
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