... Y su importancia.

…Y su importancia.

Tiene historia su trayectoria, con 28 años, familia desestructurada, carencia del equilibrio emocional necesario, se acrecienta la inseguridad, necesita depender para seguir, sin poner muchos peros. No puede ser se dijo, está por la tarea de afirmarse, pero reconoce que es débil. Estoy para lo que haga falta. Las cosas y su importancia, las situaciones y su importancia, el dinero y su importancia, ya desde que nacemos. El significado tardamos en ser conscientes de ello, sin embargo la influencia, educación, entra en vigor cuando sucede, no cuando se es consciente, así surgen los desajustes, que tendrán trascendencia con mayor o menor incidencia en cada uno de nosotros. Estamos desequilibrados, porque estamos amontonados. Retiran cualquier parte de la estructura y nos resentimos todos, por eso debemos ser conscientes del individuo que somos, para tratar de estar en perfecto equilibrio, de pie, y tratar de reformar la estructura, con paciencia y solvencia. Dejar de ser montón, ser cada quién, criatura única, con lo que eso encierra, perder los miedos y aceptarse, todo lo que está fuera de nuestro ser se merece el mayor de los respetos. No se trata de poner la otra mejilla, que es la sabiduría máxima, sino de buscar el equilibrio, si hace falta paciencia, la tendremos, y más. Si ya la cerrazón, falta de respeto, es inasumible, habrá que bajar al barro a desarrollar la inteligencia y, a partir de ahí, comenzar un nuevo diálogo. Es claro que todos los defectos que tenemos son por falta de amor, de esa paciencia que hubieron de tener nuestros anteriores, esos saberes necesarios para trasmitírnoslos. Una cadena que arrastramos desde muy antiguo, tanto, que no tenemos más que mirarnos, ¿cuántas cosas hago que me gusten?, pero sinceramente. Quienes somos conscientes de que esto sucede sin duda, debemos corregir, en la medida que podamos, hábitos y situaciones quitando eslabones de esa cadena tan larga y oxidada. Resulta triste saber de la ignorancia tan grande que nos rodea, todos esos corderitos, borreguitos, que no han tenido oportunidad de conocer, saber, aprehender: Crecer. Son ellos el pasto de quienes no les dejan florecer y, encima, se sienten agradecidos, en su ignorancia desconocen que es por miedo su forma de actuar, por falta de conocer más allá de sus propios límites. Es por eso que debemos romper moldes quienes estemos dentro de algún molde que frene, enseñar que se pueden romper, es más, se deben romper buscando la igualdad, con paciencia dar las explicaciones que sean necesarias. Somos siempre la criatura que un día fue curiosa, la niña o niño, y sigue en nosotros para aprender, dentro de nosotros ya adultos, conocedores del significado de respeto, para tener la paciencia necesaria para con la criatura aprendiza, tenga la edad que tenga, para que se vaya colocando de pie y, ayudando al equilibrio de la estructura en la que estamos amontonados.

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