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Esoh Ñon es el nombre

Recorrido de una memoria dispersa

                 Se despertó, si, despertó. No sabía dónde estaba, lo que veía le resultaba novedoso, aunque no del todo.¿Cómo llegué hasta aquí?,realmente no lo sabía, es más, empezó a darse cuenta de que estaba perdido, pero no solo por el posible extravío de camino, no recordaba ni su nombre. Un punto de nerviosismo le dió un aviso a su ser, estaba solo y no sabía dónde. Miró observando su entorno, era una pradera con variados árboles diseminados, escuchaba varias aves cantando, entre ellas, estaban lejanas las gaviotas.

                Caminó en busca del sonido de gaviotas, y pronto divisó el horizonte marino, siguió avanzando hasta llegar al acantilado y ver la playa allá abajo. Se le iluminó la cara, bajó el sendero hasta el arenal, corrió por la playa llegando sofocado a su bicicleta; ya empezaba a recordar, había salido ayer tarde a dar una vuelta en bici, le gustó aquella cala desierta; cuando bajaba encotrose con unas setas que le parecían conocidas, reposado ya en la arena, limpiándolas, con una navajita que siempre llavaba consigo, las troceó, empezó a masticarlas, las terminó de comer, el atardecer le pareció maravilloso, se tumbó viendo el sol tragado por el horizonte marino, se adormiló.

                No supo que había tenido una noche alucinada, no fue consciente de subir la senda que antes había bajado, de haber abrazado a los árboles, de recrearse con las sombras que la luna creaba para él, se echó en la hierba mirando al cielo estrellado y, casi llega a Venus... fue entonces cuando se quedó profundamente dormido, hasta despertarse amnésico. Ya recordaba que su nombre era Esoh Ñon...

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