Fiesta en una aldea
Domingo festivo en LA FUENTE. Es el día de La Dolorosa. Hace sol y suenan algunos voladores. A la entrada del pueblo hay una capilla pequeña llena de feligreses romeros, en la misa de doce. También está la parte exterior llena de gente, que celebra esta fiesta de ámplia tradición. La ceremonia es sencilla y acompañada de gaita y tambor; se guarda respeto en la ceremonia y cuando finaliza se hace una procesión con la Virgen y el Ramo. Se recorre la aldea, volviendo a guardar la imagen en la capilla.
Se lleva el Ramo al lugar de subasta. Es una especie de estantería con patas y cuatro mangos en su mitad para transportarlo. Está adornado con bandas de colores y algunas ramas de laurel. De la mitad hacia arriba tiene forma de pirámide chata. Lo que es esencial son los panes que están sujetos a él. Son panes artesanales de escanda, unos son roscas grandes, otros coletas, también grandes y, rematados por un gran panchón. Reunidas las personas en el chiringuito de la romería, se inicia la subasta de los panes, cada pan tiene su puja y oscilan trenta a sesenta euros, es divertido cómo van subiendo la puja y cómo se lamentan y quejan según van pujando. El panchón final es la puja que más lucha tiene, como si fuese el mejor trofeo, da prestigio y, se eleva más y más la puja, además paricipan más pujadores, como si cada clan familiar lo quisiera tener entre sus trofeos. Pujan fuerte pero siempre hay respeto y cierta ironía por parte del subastador(este año lo hizo Antonio"Pesudo"), que los incita de manera simpática. Una vez finalizada la subasta, empieza la música y la sesión vermú, con saludos entre los vecinos y los visitantes, en armonía y cierta euforia de los licores y el sol. Hacemos comida familiar(me invitaron como pariente que soy), con un menú festivo y con una sana convivencia. La sobremesa nos lleva a conocer más a fondo nuestras raices.
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