El sitio WEB de Checafe utiliza cookies propias con el fin de optimizar y hacer posible la navegación. Debido a que dichas cookies son técnicas y su permanencia es reducida, no es preciso cumplir con el deber de información descrito en el apartado segundo del artículo 22 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, y de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).

Imagen de seccin

Introspección y desnudez

Fecha: 22 de Enero de 2018

La verdad es la justicia, la justicia la libertad

Por inseguridad me disperso, estoy yendo y viniendo de un pensamiento, acción, a otro. Me falta creer en mi, sentirme uno más, aceptarme incluso en mis inseguridades. Me siento juzgado constantemente, no es así, yo lo siento así, y quiero que todo encaje a la perfección, como si eso fuera lo único importante y, sin ello, todo me sobreviene para frenarme y llevarme nuevamente a la inseguridad. Esa estima necesaria para dar la importancia justa a las cosas que he de desarrollar, es la que no acabo de encontrar, de hacer mía.

Base fundamental para sentirme una persona más, con mis cualidades y capacidades, con virtudes y defectos, como el resto de los mortales, pero algún desajuste me lleva a la dispersión como modo de actuar, de comportarme, haciendo confuso el desarrollo de mis tareas, de mis relaciones: no me muestro yo, enseño un espectro de mi mismo, o un sucedáneo desvirtuado.

Hago introspección terapéutica y, aunque poco, algo voy viendo para corregir, para asacar prejucios y miedos y echarlos a la hoguera que consume los malos hábitos y falsas costumbres. Me resulta difícil tener esa humildad, esa empatía con los demás en la verdad, será que acepté la mentira como media verdad, entonces teniendo "algo" de verdad, ya me pareció estar en la verdad, lo hice costumbre, modo de vida. La moral, o la ética, la ajusté en la medida de cubrir mis necesidades, mis necesidades fueron creciendo y la ética se iba acoplando, llegando a una desvirtulidad rozando lo antagónico.

¿Cómo virar esa postura(impostura)?, con ayuda de otros ojos, de otra persona que en su razonamiento impera la lógica, el sentido común y, sobre todo, el respeto por la libertad: sabe dónde empieza y acaba, tanto individual como colectiva. Sabe que son derechos y deberes, su uso y manejo desde la objetividad, desde la honestidad y lo fácil que es ir por ese camino una vez lo concibes realmente el tuyo, pensando y deseando para los demás lo mismo que para uno mismo, en base a la igualdad que en principio todos tenemos y, que en ocasiones, por defecto de educación, desconocemos o recibimos alteraciones que aceptamos como válidas desvirtuando la realidad, creyendo en la falsedad y caminando en el lado camuflado de la vida, asentándose en valores que acabarán desvaneciéndose y trayendo contradiciones que serán base de esos miedos e inseguridades.

He de ser valiente, aceptar que los códigos por los que me he regido, no han sido los correctos, fueron marginales, bién por la izquierda, bién por la derecha, por arriba o, por abajo; pocas veces por el centro de la página de mi vida. Ha sido de este modo y lo acato, recojo más decepción que otra cosa, pero estoy a tiempo de que mi realidad sea más serena a partir de ser más sincera, auténtica.

No existe la perfección, asi que no la busco, existe la revolución diaria para llegar a ese objetivo de ser una persona entre millones y aceptarme. No pertenezco ni me pertenecen, son, somos, soy...

Checafe