NATIVIDAD

Cerca de la navidad le toca nacer a esta criatura, no hace falta que sea el veinticinco, es Diciembre y ya avanzado, las luces que adornan por todos lados hace días que alumbran, que incitan a compras y gastos extraordinarios, a quedarse en éxtasis mirando los juegos que hacen por encima de las calles o en los escaparates comerciales, todo se hace apetecible, con ganas de llevarse el carrito lleno de tantas y tantas cosas, desde alimentos hasta todo tipo de aparatos, todo parece llamar desde su estante, con sus luces e, incluso, con sus musiquillas.

Al asomarse la noche tan pronto el festival multicolor comienza pronto a seducir, nos vuelve más tiernos dibujando sonrisas en nuestras caras y regalándolas a quienes nos tropezamos, sentimos el influjo de las fechas señaladas como las de mayor hermanamiento de personas. Somos solidarios como no lo somos el resto del año, aunque en las mismas esquinas y bancos de parques sigue habiendo esas personas desheredadas del mundo que se alegran de la solidaridad repentina que hay para con ellos: “hostia tú, llego la navidad”, celebran que se celebre ya que les toca algo por el cargo de conciencia general que se tiene, no piden solo felicitan las fiestas y alguna moneda les cae al cestillo, aquí paz y después gloria.

No todo es bonito, repatean a un porcentaje grande de gente, no quieren ni oír hablar de estas putas fiestas de los cojones, que parecemos tontos de baba, alineados que tragan lo que les echen y ahora echan esto, pues al ruedo y a torear que son dos días.

Hay a quien el recuerdo de años anteriores les trae dolor y prefieren que se pasen sin apenas darse cuenta, sin celebración alguna, como que no va con ellos y en paz, es difícil ya que las luces, las musiquillas, las televisiones, radios…, machacan sin parar, no reparan en ese sector que no siente esas necesidades, apetencias, van a saco como los barcos de arrastre, se llevan por delante todo, luego ven los resultados, pero luego, no antes, ni mientras.

Quienes las padecen sufren y mucho, el recuerdo de momentos de suma felicidad que ya nunca podrá ser, debido a ausencias que la vida se llevó a cenizas, duele y que te machaquen con lisonjas, duele mucho más porque es del todo sin voluntad, se querría todo un mundo lleno de felicidad, de dicha: salud, dinero y amor, sin que ese sea el orden de las palabras, pidamos amor y demos amor, es lo único que es gratis tanto de dar como de recibir, lo otro ya se cotiza, tanto la salud como el dinero.

Lo que es internacional es el fin del año, las navidades es de occidente y hoy tan multirraciales como somos a musulmanes, judíos, chinos, africanos, hindúes y demás paganos les chirría la película que nos montamos y algunas hasta se contagian, otros se ríen y los más respetan sin comprender semejante fantasía.

Un matrimonio en un pesebre, con un niño rollizo en un canasto con hierbas, y dos bestias dándole calor, un angelote portando una estrella que es la luz, todo eso es la Navidad, lo demás es adorno y de eso vamos sobrados.

Hoy me alegro de la natividad que quiero celebrar, que llega avanzado Diciembre, que no se llama Jesús, ni es niño, es niña y se llama Zoe, no trae el pan debajo del brazo, pero si alegría y esperanza, vida y vida.

Checafe