Minutos antes de visita médica
Una madre, cercana a la treintena, con un niño que no tiene tres.
El crío se revuelve y rebela, llora y patalea.
Me mira y le sonrío, y él se calla, y se queda serio.
Yo escondo mi cara con una mano con los dedos abiertos,
se le escapa una sonrisa y empezamos a jugar al escondite,
se distrae y se calma.
La realidad es que está esperando cola para visita médica,
y se le hace insoportable.
Hay personas mayores esperando también,
con sus toses y achaques,
y eso lo hace triste.
Llaman a su madre y se despide con una sonrisa
atrapada en su chupete y brillando en sus ojos.
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