El sitio WEB de Checafe utiliza cookies propias con el fin de optimizar y hacer posible la navegación. Debido a que dichas cookies son técnicas y su permanencia es reducida, no es preciso cumplir con el deber de información descrito en el apartado segundo del artículo 22 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, y de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).

Imagen de seccin

YO LEO, TÚ LEES, ELLA LEE...

Fecha: 22 de Mayo de 2023

La importancia de leer, de todo, para ser libre

Yo leo, tú lees, ella lee…

Casi me había sentado a escribir en el diario, cuando me dice que la tienda está cerrada, tiene un horario poco común, vete dando un paseo hasta el cole, respira y vete mirando las cosas a tu paso, distráete y disfruta de lo que tienes, no pienses en lo que no tienes no merece la pena. Reflejo en el diario el acontecer en un ejercicio de memoria, algo sanador y relajante, en estos días, de tanto estrés y alteraciones mentales, es terapéutico, al igual que el leer un libro, de hojas de papel y con tapa ilustrada, dura o blanda, sin que me importe la edición, si es de bolsillo, para mí, mejor, más manejable y con la posibilidad de leer en cualquier lugar. Me ocurre algo parecido, me refiero a lo sedante, con la música, esa compañera inseparable, indispensable para mantener la alegría, dicen que quien canta su mal espanta, siendo compatible con la mayoría de las actividades que desarrollamos al cabo del día, hasta amansa a las fieras y los fieras. Queremos tantas cosas, que acabamos queriendo ninguna, la velocidad a la que vamos no nos deja definir claro, nítido, con rigor, mostramos apetencias pasajeras, instantáneas, antojadizas, impulsivas, para amontonarlas en ese estante llamado olvido o, por si…, pero que ya lo tenemos, como los demás. Cuánta ignorancia, ignoramos que ignoramos, no nos dedicamos un minuto a nosotros mismos, a buscarnos entre tantas sombras que proyectamos, solo somos reflejos espontáneos que se adaptan a las circunstancias. La ignorancia no es más que la carencia de conocimiento, hay tanto por saber, por aprender, aprehender, adquirir dentro de la humildad, sin oro de por medio, no, no se necesita más que la voluntad de encontrarse uno mismo frente a sí mismo, dejar el miedo apartado, ese que nos condiciona todo, ese que, sí, conocemos, olvidarlo para tomar las riendas de nuestro ser. Esa joya que llevamos en nosotros, diamante de mil brillos, pero que nos hacen creer que solo es carbón, y el miedo lo reafirma, resta valor, en las dos acepciones, valor de coraje y valor de quilates, nos anula, disminuye, solo por no enfrentarlo, darle frente y pelearlo, hasta doblegarlo, no dejarlo para más adelante, no existe más adelante, es un forma de hablar, solo existe, realmente, el momento que sientes y, tenemos el derecho a sentirlo en toda su intensidad, cada quién con su alma, si quieres participar de los demás es opción personal, no debe interferir el miedo en esa decisión, las costumbres, rancias, obligan a tantas estupideces que de algún modo hay que romperlas. Nacieron un día y se adueñaron de un espacio, quizás en ese momento fueran idóneas, pero un día desaparecen por la misma razón, porque lo decidimos nosotros que no hay costumbres, nos acostumbramos, nos alienamos, tragamos, por dejadez y cobardía, en el fondo, por miedo. Ya sabemos que moriremos, entonces seamos valientes, busquemos qué nos llena, gusta, apetece y, vayamos a por ello, sin interferencias de terceros, ni de segundos. No pertenecemos, ni nos pertenecen, venimos solos y desnudos, igual que nos vamos, aunque nos pongan un traje para meternos en el de madera, no llevamos nada, marchamos desnudos. Somos amados y amamos, con matices, tenemos ese punto egoísta de posesión, lo mamamos y forma parte de la leche que mamamos, por eso la necesidad de dedicarnos tiempo a nosotros, vernos en esa soledad individual, sin ningún lazo, roto el cordón umbilical. No significa desertar, al contrario, cuanta más firme sea la autonomía de cada persona, más puede amar, aportar a la felicidad colectiva, creando desde ese interior sin influencias, sin miedo, sin temor a ser prejuzgado, o juzgado directamente. Personas que se creen inmortales, son las que tratan de dominar al resto, hacen misteriosa magia, sortilegios extraños para las mentes qué carecen de conocimiento y autoestima, abundantes en miedos, a lo desconocido, a lo amenazante, esclavizando y sometiendo en un sistema muy beneficioso, para conseguir esa inmortalidad, de la que hacen ostentación. Montan una jerarquía basada en la mentira, en creencias que solucionarían nuestras dudas existenciales, así “cuidan” de nosotros cimentándolo en lo oscuro y el temor, cuando la realidad es, que nos quitan la posibilidad de ser justos, ecuánimes, y por encima de todo, responsables de nosotros, nuestra vida, nuestro destino. Leer te hará libre, tantos años hace que llegó esa verdad a mis ojos, que he tenido la oportunidad de confirmarlo, aun viviendo en un mundo esclavizado, con brotes de amor, cuando debería ser el rey. Voy profundizando en la palabra RESPETO, es tan vasta, con tantos flecos, pero flecos importantes, no como esos que solo faltan para completar una operación. Aquí cada fleco, es una pradera, muchas hierbas la componen, la sustentan, dan valor y color. Pero no tenemos tiempo, lo necesitamos para ausentarnos de nosotros y pertenecer. Formar parte de una masa amedrentada, encogida y temerosa, con disfrutes efímeros, sin consistencia, sin relieve en ese interior que poseemos y, que muchas veces, detestamos, llegando a ese tremendo mal de nuestros días, la depresión. No se trata de buscar la felicidad, se trata de buscarse cada quién, la felicidad llega sola, el sentirte conforme contigo, con contratiempos y alegrías, pero las de uno mismo, eso será lo que trasmitamos, esa será la felicidad en este transitar por este valle, que no tiene que ser de lágrimas amargas, y recordar: no somos lo que tenemos, somos seres desnudos, libres, nacidos para apreciar la belleza en todo, para amar y desahuciar al miedo.

Checafe